El presentador Wilmer Leon destacó la creciente represión dentro de los Estados Unidos junto con sus esfuerzos por mantener su influencia global, y la reciente redada del FBI en la casa del ex oficial de inteligencia de la Marina estadounidense Scott Ritter representa el último intento de las autoridades de intimidar a los críticos nacionales.
La hegemonía estadounidense ha sufrido un duro golpe en los últimos años.
El uso del dólar está en declive, lo que amenaza con socavar la base del poder económico del país. Su guerra por delegación en Ucrania está tambaleándose, y la perspectiva de una segunda presidencia de Donald Trump amenaza con asestar el golpe final. En Gaza, se considera ampliamente que respalda un genocidio. Su imagen global se ha visto afectada, y sus índices de favorabilidad se han desplomado en Oriente Medio en particular.
Estados Unidos ha respondido intentando reforzar su influencia donde ha sido posible, más recientemente en Libia, que todavía sufre las consecuencias de un golpe de Estado respaldado por el ex presidente Barack Obama. Allí, Estados Unidos está intentando consolidar el papel militar del AFRICOM, contrarrestando la creciente influencia rusa, mientras los países del Sahel recurren a Moscú en busca de ayuda para combatir a los grupos yihadistas en la región.
El presidente de la Alianza Negra para la Paz, Ajamu Baraka, y el organizador panafricanista Netfa Freeman se unieron al programa The Critical Hour de Sputnik el viernes para analizar el desarrollo, destacando los esfuerzos represivos de Estados Unidos en el país y en el exterior en un intento por salvar un imperio en decadencia.
“Se inyectan en la vida de la nación de Libia, asesinan al jefe de su proceso revolucionario, destruyen el país, crean las condiciones para que se envíen armas desde Libia a través del Sahel que aumentan las capacidades militares de varios grupos yihadistas que desestabilizan naciones en el norte y oeste de África”, dijo Baraka, criticando la influencia estadounidense en el país norteafricano.
“Ahora fingen que les preocupa la desestabilización en África por parte de los rusos y que les preocupa crear condiciones en Libia que sean beneficiosas para el pueblo libio”.
“Bueno, nadie se lo cree”, afirmó. “La lógica del AFRICOM está impulsada por un interés occidental. Y, en este momento de la historia, el interés occidental sólo se preocupa de crear las condiciones de caos que justifiquen su presencia continua en el continente africano. Esta lucha por lograrlo se ve interrumpida o desafiada por la presencia de los rusos como socio viable para algunos estados e incluso para los chinos.
Así que este es el contexto en el que estamos operando, un contexto en el que ese contexto está influenciado por los intereses imperialistas de Estados Unidos”.
Freeman cuestionó la motivación genuina de Estados Unidos para frenar la influencia de los grupos terroristas en el norte de África, ya que su actividad proporciona una justificación continua para la presencia estadounidense. Con frecuencia se alega que la financiación de los grupos yihadistas en la región proviene de patrocinadores de las monarquías del Golfo aliadas de Estados Unidos.
Históricamente, Estados Unidos apoyó a las fuerzas muyahidines en Afganistán para combatir a la Unión Soviética, lo que finalmente dio origen a Al Qaeda*. Estados Unidos también ha respaldado a grupos islamistas en Siria durante su prolongado esfuerzo por derrocar al presidente Bashar al-Assad.
“Es una guerra en caliente, en la que compiten entre sí y luego llevan su guerra contra Rusia a otros lugares”, afirmó Freeman. “Lo vimos en Afganistán y Siria. También vimos cómo desestabilizaron a Somalia… desde los años 90, cuando derrocaron a ese gobierno y luego desestabilizaron lo que surgió”.
“Usaron un intermediario a través del TPLF en Etiopía para desestabilizar el país”, continuó. “Eso es lo que hacen, y siempre lo han hecho… en realidad, se trata de Estados Unidos, que ahora es el vástago del colonialismo de Europa occidental. Está al servicio de ese colonialismo y está tratando de mantener ese tipo de acceso a África”.
Freeman especuló que Estados Unidos intentaría fomentar una guerra civil en Libia para intentar obligar a Rusia a abandonar el país. Baraka recordó la creación de AFRICOM como herramienta para ampliar la influencia estadounidense en África en 2008, después de lo cual el presidente Obama la amplió drásticamente.
El presentador Wilmer Leon destacó la creciente represión en Estados Unidos, junto con sus esfuerzos por mantener su influencia global. El reciente allanamiento del FBI a la casa del colaborador de Sputnik Scott Ritter representa el último intento de las autoridades por intimidar a los críticos locales . Varios presos políticos, como Mumia Abu Jamal, Leonard Peltier y Jamil Al-Amin, siguen encarcelados por cargos falsos.
“La gente tiene que entender que estas son acciones del Estado que tendrán un impacto perjudicial sobre todos nosotros”, señaló Baraka. “Ya hemos visto cómo el Estado ha aumentado su represión”.
“Pero la desesperación del Estado ha hecho que se pierda el relato sobre Gaza y toda la lógica del proyecto imperialista. Su objetivo es silenciar voces para intimidar a la oposición potencial. Por eso reaccionaron de forma tan violenta a las protestas contra el genocidio que se estaban produciendo en los campus universitarios”.
“Así es el ambiente fascista en el que nos encontramos hoy”, concluyó Baraka. “Y el blanco principal de todo esto será, y siempre lo ha sido, el movimiento de liberación negro, los radicales negros. Así que nos estamos preparando para un escrutinio y una represión intensificados”.