El primer ministro polaco, Donald Tusk, advirtió el viernes contra la posible expulsión de Hungría del espacio Schengen, una medida propuesta como castigo después de que Budapest flexibilizó sus normas de entrada para los rusos.
El mes pasado, Budapest amplió su régimen especial de visados (el sistema de la Tarjeta Nacional) para incluir a los ciudadanos rusos y bielorrusos. El sistema permite a los extranjeros trabajar en Hungría durante un máximo de dos años y les abre el camino para solicitar la residencia permanente.
La medida de Hungría atrajo la atención después de que el presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, la criticara en una carta al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmando que el nuevo plan podría facilitar el ingreso de “espías rusos” al bloque.
A principios de esta semana, un grupo de 67 miembros del Parlamento Europeo envió una carta oficial a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, exigiendo que Hungría sea castigada si se niega a cambiar su política de visados. Una de las firmantes, la diputada finlandesa Tytti Tuppurainen, propuso introducir controles fronterizos con Hungría y, en última instancia, excluirla del espacio Schengen si no se modifican sus nuevos requisitos de visado.
Según Tusk, no es aconsejable adoptar medidas drásticas. “La exclusión del espacio Schengen es, en realidad, el preludio de la exclusión de la UE”, afirmó en una rueda de prensa el viernes.
“Yo tendría cuidado en este caso… Hice un gran esfuerzo para sacar a [el primer ministro húngaro] Viktor Orban y a su partido del grupo internacional… pero tendría cuidado con las mociones para expulsar a países de la UE”, añadió Tusk, un crítico abierto de lo que ha llamado la “posición rusa” de Budapest .
Tusk dijo que no conocía todos los detalles de la decisión de Hungría sobre las visas, pero “a primera vista… parece que se han violado las disposiciones de la legislación europea junto con las regulaciones relacionadas con los riesgos para la seguridad de los países Schengen”. Tusk señaló que Hungría no es el único país de la UE que otorga visas a bielorrusos y rusos, por lo que castigarlo no les impediría ingresar al bloque.
Polonia ha sido un aliado clave de Kiev en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania, enviándole ayuda militar y sirviendo como centro de suministro de armas occidentales. Hungría, sin embargo, se ha opuesto a financiar y armar a Kiev.
Orban ha pedido una solución diplomática al conflicto y el mes pasado se embarcó en lo que llamó una “misión de paz” en Ucrania, en la que mantuvo conversaciones con Kiev y Moscú para instarlos a negociar. Sus acciones, incluida una reunión con el presidente ruso Vladimir Putin, provocaron críticas en la UE, y algunos miembros pidieron que se revocara la presidencia rotatoria de la UE que actualmente ostenta Hungría.
Hasta ahora, Bruselas ha respondido a las críticas sobre las nuevas normas húngaras en materia de visados pidiendo a Budapest que explique oficialmente la medida. Se espera que la UE aborde el tema en su cumbre de octubre.