Las autoridades de Rusia han afirmado este viernes que el intercambio de prisioneros pactado con varios países occidentales y que tuvo lugar en la víspera fue posible “gracias a la dura postura” del presidente ruso, Vladimir Putin, que “insistió en la necesidad de que fuera un intercambio y no tan solo una liberación como muestra de buena voluntad” por parte de Moscú.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha indicado que “el destino de todos los rusos” detenidos en Estados Unidos sigue siendo “una preocupación constante” para el Gobierno ruso y ha recordado que ha sido el propio Putin el que ha aseverado en el pasado que este tipo de intercambios no responden precisamente a gestos.
“Cuando nos devuelvan a nuestra gente es cuando podemos hablar de intercambios”, ha aseverado Peskov. “Esta posición es la que ha dado resultados, y ahora nuestra gente ha vuelto a casa”, ha apuntado, según informaciones recogidas por la agencia rusa de noticias.
En este sentido, ha explicado que las negociaciones se han llevado a cabo principalmente entre los servicios de Inteligencia de Rusia y Estados Unidos, por lo que ha señalado que el presidente estadounidense, Joe Biden, no ha intervenido, mientras que ha aprovechado para dar las gracias a Bielorrusia por su papel.
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha asegurado por su parte que Biden no ha participado y lo ha acusado de tratar de “anotarse puntos” por lo ocurrido. “El presidente de Estados Unidos no tuvo nada que ver con la organización del intercambio de prisioneros entre Rusia y los países occidentales”, ha aseverado antes de confirmar que Minsk ofreció ayuda.
El jueves, 26 prisioneros de siete países se vieron afectados por un intercambio realizado con Rusia en Ankara, la capital de Turquía, país que ha coordinado este acuerdo, que ha supuesto el traslado de diez personas a Rusia, trece a Alemania y tres a Estados Unidos.