Otros 7.000 miembros del mayor sindicato de trabajadores del automóvil de Estados Unidos se unieron el viernes a su ya importante huelga contra los “Tres Grandes” fabricantes de automóviles de Detroit del país.
Las últimas huelgas dejan a un total de unos 25.000 trabajadores en huelga en 21 estados, o alrededor del 17 por ciento de los miembros del United Auto Workers.
El presidente del UAW, Shawn Fain, dijo que los últimos miembros en unirse a la huelga estaban en dos plantas en Chicago y Michigan, que pararon sus herramientas a las 16:00 GMT.
“Nuestros valientes miembros en estas dos plantas son la próxima ola de refuerzos en nuestra lucha por contratos récord”, dijo Fain.
La acción industrial es la primera huelga conjunta de los principales fabricantes de automóviles (Ford, GM y el productor de Chrysler, Stellantis) en un esfuerzo por salarios más altos y otras mejoras.
Fain señaló, sin embargo, que no pediría a otros miembros que suspendan su actividad en Stellantis debido a “progresos significativos” en varios puntos actualmente en discusión.
Fain mencionó un mecanismo para ajustar los salarios al costo de vida, así como el derecho de huelga en caso de cierre de la planta o anuncio de reubicación por parte del fabricante
El sindicato ha pedido un aumento salarial del 40 por ciento durante los próximos cuatro años de contrato, mientras que las tres empresas han ofrecido aumentos de alrededor del 20 por ciento.
También ha estado negociando para representar a los trabajadores de las plantas de baterías planificadas por Ford, a las que el gigante automovilístico se ha resistido hasta ahora.
El UAW ha utilizado la huelga selectiva, que comenzó el 15 de septiembre, como moneda de cambio, aumentando la presión sobre los tres fabricantes de automóviles en un intento por llegar a un acuerdo.
‘Mantener el acuerdo como rehén’
El presidente de Ford, Jim Farley, que ha permanecido relativamente silencioso hasta ahora, se manifestó enérgicamente el viernes en contra de las tácticas de negociación de Fain.
“Creo que podríamos haber llegado a un compromiso sobre salarios y beneficios, pero hasta ahora el UAW mantiene el acuerdo como rehén de las plantas de baterías”, dijo a los periodistas
Más tarde, Fain respondió. “No sé por qué Jim Farley miente sobre el estado de las negociaciones. Podría deberse a que no se presentó a las negociaciones esta semana, como lo ha hecho durante la mayor parte de las últimas diez semanas”, dijo.
“Si estuviera allí, sabría que le presentamos a Ford una propuesta integral el lunes y todavía no hemos recibido respuesta”.
Ford recientemente detuvo la construcción en una de sus plantas y advirtió que podría tener que reducir sus ambiciones para el proyecto.
Stellantis dijo en un comunicado que ha estado “trabajando intensamente con la UAW para encontrar soluciones a los problemas que más preocupan a nuestros empleados y al mismo tiempo garantizar que la empresa pueda seguir siendo competitiva”.
“Hemos avanzado en nuestras discusiones, pero persisten lagunas”, dijo, añadiendo que estaba comprometido a alcanzar “un acuerdo justo y responsable que permita a todos volver a trabajar lo antes posible”.
La huelga se vuelve política
La huelga ha intensificado la importancia del estatus de estado indeciso de Michigan en las elecciones presidenciales de 2024.
A principios de esta semana, Joe Biden se convirtió en el primer presidente estadounidense en ejercicio en formar parte de un piquete, uniéndose a los miembros del UAW en Michigan en un audaz discurso a favor del voto obrero contra su probable rival electoral, Donald Trump.
Con una gorra de béisbol del UAW, el demócrata usó un megáfono para decirles a los trabajadores vestidos con camisas rojas que merecían “mucho más de lo que están recibiendo”.
El Partido Republicano de Trump suele ser hostil hacia los sindicatos, aunque a menudo logra obtener un número significativo de votos de la clase trabajadora. Trump habló en una instalación automotriz no sindicalizada en los suburbios de Detroit y dijo que quiere “un futuro que proteja la mano de obra estadounidense, no la mano de obra extranjera”.
El viernes, Fain calificó la visita de Biden como un “día histórico
“El hombre más poderoso del mundo aparece sólo por una razón”, afirmó. “Porque nuestra solidaridad es la fuerza más poderosa del mundo”.
“Cuando estamos unidos en la causa de la justicia económica y social, no hay nada que no podamos hacer”, añadió.