El presidente Joe Biden citó esta semana una caída del 0,1 por ciento en el índice de precios al consumidor entre mayo y junio como evidencia de que las políticas de su administración habían controlado la inflación, criticando el arancel del 10 por ciento propuesto por el expresidente Donald Trump sobre todas las importaciones como una idea que causaría que la inflación volviera a dispararse.
La cifra de inflación mayorista publicada por el Departamento de Trabajo el viernes mostró su mayor aumento anualizado desde marzo de 2023, contradiciendo los datos laborales del día anterior que indicaban que los precios al consumidor están en una tendencia a la baja.
Algunos medios económicos recogieron la rareza, que mostró que el Índice Básico de Precios al Productor había aumentado un 0,2 por ciento en junio –por encima del 0,1 por ciento previsto, o del 2,6 por ciento en términos anualizados–, citando los delicados precios de los alimentos y la energía, que aumentaron un 0,4 por ciento en junio –el doble del 0,2 por ciento esperado-.
“Esta misma mañana tuvimos un excelente informe económico que muestra que la inflación está bajando”, dijo el presidente Biden en una inusual conferencia de prensa con periodistas el jueves.
“En general, los precios cayeron el mes pasado. La inflación básica es la más baja en tres años. Los precios de los automóviles, los electrodomésticos y los pasajes de avión están cayendo. Los precios de los alimentos han caído desde principios de año. Vamos a seguir trabajando para acabar con la codicia corporativa y reducir aún más esos precios”, afirmó.
Biden continuó atacando a su rival en 2024, Donald Trump, por su propuesta de arancel del 10 por ciento a las importaciones, diciendo que “los economistas nos dicen que eso le costaría a la familia trabajadora estadounidense promedio otros 2.500 dólares al año”.
Los detractores de la actual administración llevan años criticando la política económica y exterior de Biden y su papel en el aumento de la inflación, y algunos alegan que los datos oficiales “subestiman significativamente” los aumentos reales de precios.
Los precios de los alimentos y la vivienda siguen siendo significativamente más altos ahora que cuando Biden asumió el cargo: los precios de los alquileres y las viviendas aumentaron un 21,9 y un 29,3 por ciento, respectivamente, y los costos de los alimentos aumentaron entre un 21,5 y un 22,7 por ciento, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. Los artículos básicos individuales han aumentado aún más: los precios de los huevos aumentaron un 85 por ciento entre enero de 2021 y hoy.
“Ha hecho un mal trabajo y la inflación está matando a nuestro país. Nos está matando por completo”, dijo Trump durante el debate presidencial del mes pasado con Biden, afirmando que durante su mandato “todo iba bien”.
A lo largo de los años, Biden ha culpado de la situación inflacionaria a Trump, el coronavirus, Vladimir Putin y la codicia corporativa.
La inflación se ha mantenido por encima del 5% durante más de la mitad del mandato de Joe Biden, y por encima del 3% durante todos los meses de su presidencia, salvo los tres primeros. Con Trump, la tasa máxima de inflación nunca superó el umbral del 2%.
La elevada inflación estadounidense se ha atribuido a una serie de factores, entre ellos la inyección de billones de dólares en la economía durante la pandemia con el pretexto de un estímulo económico, y el enorme programa de gasto de la administración Biden, como el paquete de gasto en infraestructuras de un billón de dólares.
Otros factores, como la rápida detención por parte de las potencias occidentales de la compra de energía rusa en 2022 en medio de la crisis ucraniana, también han influido, provocando un aumento de los costes energéticos y que los precios del gas alcancen temporalmente un máximo histórico de más de 5 dólares el galón.