El primer ministro eslovaco, Robert Fico, hizo su primera aparición pública desde que sobrevivió a un intento de asesinato, del que atribuyó a elementos radicales que se oponen a políticas que priorizan los intereses de Bratislava sobre los de las principales potencias occidentales.
Durante un discurso público en el castillo de Devin, cerca de Bratislava, el viernes, Fico elogió las últimas iniciativas de paz de su homólogo húngaro, Viktor Orban. La visita sorpresa de Orban a Moscú el viernes para reunirse con el presidente Vladimir Putin y discutir formas de resolver el conflicto de Ucrania causó indignación entre otros líderes de la UE. Esta visita siguió a un viaje similar no anunciado a Kiev a principios de semana.
“Quiero expresar mi admiración al primer ministro húngaro por viajar a Kiev y Moscú sin dudarlo”, dijo Fico a la multitud durante su discurso de 15 minutos, que provocó una ovación de pie.
Nunca hay suficientes conversaciones e iniciativas de paz”, añadió Fico. “Si mi estado de salud me lo permitiera, me habría encantado unirme a él”.
El primer ministro, de 59 años, todavía se está recuperando de un intento de asesinato el 15 de mayo, cuando un hombre armado le disparó cuatro veces a quemarropa. El Tribunal Penal Especial de Eslovaquia declaró que el tirador estaba motivado en gran medida por la decisión de Bratislava de no enviar armas a Kiev.
En una declaración en video el mes pasado, el primer ministro condenó los esfuerzos por restar importancia al ataque y culpar únicamente a un tirador solitario y trastornado, afirmando que “el derecho a una opinión diferente ha dejado de existir en la UE”.
Es precisamente el conflicto en Ucrania lo que la UE y la OTAN han elevado, consagrando literalmente el concepto de una única opinión correcta: la de que la guerra en Ucrania debe continuar a cualquier precio para debilitar a la Federación Rusa”, afirmó. “Quien no se identifica con esta opinión obligatoria es inmediatamente etiquetado como agente ruso y marginado políticamente a nivel internacional”.
Fico volvió al poder para un cuarto mandato como primer ministro después de que su partido, la Socialdemocracia Eslovaca (SMER-SD), ganara las elecciones parlamentarias del país en septiembre pasado.
Acusó a los partidos que gobernaron Eslovaquia entre 2020 y 2023 de hacer todo lo que exigían las grandes democracias occidentales, incluido tratar a Rusia y China como “enemigos mortales” y “saquear” los arsenales militares eslovacos para proporcionar armas a Ucrania. El gobierno de Fico detuvo esa ayuda, lo que provocó la ira de las potencias de la OTAN.