Según se informa, las FDI han aprobado planes para una operación terrestre contra Hezbolá.
Aviones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han bombardeado varios objetivos de Hezbollah en el sur del Líbano, anunció Jerusalén Occidental el martes por la noche.
Más temprano en el día, Hezbollah publicó un video de lo que dice son sus drones espías volando sobre el norte de Israel y filmando el puerto de Haifa, aparentemente al margen de defensas aéreas o interceptores.
Las FDI anunciaron que habían “interceptado con éxito un objetivo aéreo sospechoso en la zona costera de Gesher HaZiv”, un kibutz cerca de la frontera con el Líbano.
“Aviones de combate [de la Fuerza Aérea de Israel] atacaron varios objetivos terroristas de Hezbollah en el sur del Líbano, incluidos varios sitios de infraestructura terrorista en las áreas de Taybeh, Odaisseh y Jibbain, así como una estructura militar en el área de Ayta Ash Shab”, dijeron las FDI en Telegram, junto con dos videos de los ataques aéreos.
Desde el ataque israelí a Gaza desencadenado por la incursión de Hamás del 7 de octubre, Hezbolá y las FDI han intercambiado disparos intermitentes de cohetes a través de la frontera libanesa, desplazando a más de 53.000 israelíes y 95.000 libaneses.
A principios de este mes, el presidente israelí Isaac Herzog advirtió que su país pronto tendría que hacer algo respecto de lo que denominó “agresión terrorista”.
El martes, las FDI anunciaron que habían finalizado “planes operativos para una ofensiva en el Líbano”, citando al jefe del Comando Norte, el general de división Ori Gordin, y al jefe de la Dirección de Operaciones, el general de división Oded Basiuk.
Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, dijo que Israel estaba “muy cerca del momento en que decidiremos cambiar las reglas del juego contra Hezbolá y el Líbano”.
“En una guerra total, Hezbollah será destruido y el Líbano será duramente golpeado”, dijo Katz en un comunicado, respondiendo a los llamados de Estados Unidos a la moderación y la diplomacia.
Israel y Hezbolá libraron una guerra de 34 días en 2006, provocada por una incursión transfronteriza en Galilea por parte de la milicia chiíta. Después de semanas de intercambios de artillería inconclusos, las FDI lanzaron una ofensiva terrestre en el Líbano que “no resultó en avances militares y no se completó”, según la comisión israelí que luego compiló un informe sobre el conflicto.
La Comisión Winograd criticó al gobierno por “graves fallos en el proceso de toma de decisiones” y por no fijar objetivos realistas ni una estrategia de salida. Aunque Jerusalén Occidental reclamó la victoria en esa ocasión, desde entonces el conflicto ha sido ampliamente entendido como un triunfo de Hezbollah.