Según los científicos, el uso de molnupiravir para tratar a los pacientes de riesgo de COVID coincide con mutaciones del virus.
Un fármaco antivírico utilizado para tratar las infecciones por COVID-19 se ha relacionado con mutaciones del coronavirus que se sospecha que luego se transmiten a otras personas, según afirman los investigadores.
Los científicos mapearon las mutaciones del COVID-19 a lo largo del tiempo para ver cómo y cuándo evolucionaba el virus, y detectaron “eventos mutacionales” inusuales asociados a pacientes que habían tomado el fármaco molnupiravir.
Fue uno de los primeros antivirales disponibles para el tratamiento del COVID-19 durante la pandemia, y actúa induciendo mutaciones en el genoma del virus, lo que esencialmente impide que el virus se multiplique, reduciendo la carga viral. Esto ayuda al sistema inmunitario a controlar la infección.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó molnupiravir para el tratamiento de pacientes con alto riesgo de hospitalización en marzo de 2022, convirtiéndolo en el primer antivírico oral de su guía de tratamiento de la infección.
Investigadores del Instituto Francis Crick del Reino Unido, la Universidad de Cambridge, el Imperial College de Londres, la Universidad de Liverpool, la Universidad de Ciudad del Cabo y la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) examinaron las bases de datos mundiales de secuenciación del virus COVID-19, analizando un “árbol genealógico” de 15 millones de secuencias.
Los investigadores publicaron sus hallazgos en la revista Nature y señalaron que las mutaciones aumentaron en 2022, coincidiendo con la introducción del molnupiravir. También descubrieron que era más probable que las mutaciones se encontraran en pacientes de edad avanzada, a los que era más probable que se recetara el fármaco por considerarse que corrían más riesgo de hospitalización.
“Molnupiravir es uno de los fármacos que se están utilizando para combatir el COVID-19. Pertenece a una clase de medicamentos que se utilizan para tratar la enfermedad, a una que pueden hacer que el virus mute tanto que quede fatalmente debilitado”, apunta Christopher Ruis, del Departamento de Medicina de la Universidad de Cambridge.
“Pero lo que hemos descubierto es que, en algunos pacientes, este proceso no mata todos los virus, y algunos virus mutados pueden propagarse. Es importante tener esto en cuenta a la hora de evaluar los beneficios y riesgos generales del molnupiravir y otros fármacos similares”.
Los investigadores descubrieron que al menos el 30% de los “eventos de mutación” en Inglaterra estaban relacionados con el uso de molnupiravir. Observaron pequeños grupos de mutaciones que sugerían que otros pacientes estaban infectados por el virus mutado. Sin embargo, añadieron que actualmente no hay ninguna variante preocupante relacionada con esta firma.
Afi que los hallazgos son útiles para la evaluación en curso del molnupiravir, y que el desarrollo de nuevos fármacos debería tener en cuenta la posibilidad de que los antivirales provoquen mutaciones, agrega.
”Nuestro trabajo demuestra que el tamaño sin precedentes de los conjuntos de datos de secuencias pospandémicas, construidos en colaboración por miles de investigadores y trabajadores sanitarios de todo el mundo, crea un enorme poder para revelar conocimientos sobre la evolución del virus que no serían posibles a partir del análisis de los datos de ningún país individual”, concluye.