El conteo regresivo para los Juegos Olímpicos de París-2024 marca hoy 100 días exactos antes de la inauguración de la fiesta deportiva, para la cual Francia asegura que estará a la altura, pese a múltiples desafíos.
La fecha coincidió con la apertura por el Comité Organizador (COJO) de la última fase de venta de entradas para la cita bajo los cinco aros, señalada del 26 de julio al 11 de agosto, con 250 mil disponibles en las 32 disciplinas convocadas, cifra con la que la cantidad de boletos adquiridos superó los ocho millones.
“Por los franceses, por los atletas y por la historia: nosotros estaremos listos”, afirmó en las redes sociales la ministra de Deportes y Juegos Olímpicos y Paralímpicos, Amélie Oudéa-Castéra, dos días después de que el presidente Emmanuel Macron manifestara idéntico compromiso.
Llegado el J-100, como resumen aquí el conteo regresivo, no son pocas las preocupaciones sobre la mesa, desde el lugar de la ceremonia inaugural hasta la seguridad del evento, el transporte y la calidad de las aguas del río Sena, donde recientes estudios muestran un nivel de contaminación mayor que el permitido para las competencias.
Por descontado se da que la Ciudad de la Luz en sus terceros juegos, después de los celebrados en 1900 y 1924, contará con instalaciones deportivas y una Villa Olímpica de excelencia, para recibir en 39 sedes a más de 10 mil atletas de 206 países.
De acuerdo con Macron y con el presidente del COJO, Tony Estanguet, la opción de inaugurar la magna fiesta con el río Sena como protagonista sigue privilegiada, lo cual sería histórico, porque el siempre esperado acto se desarrollaría fuera de un estadio.
El peligro del terrorismo constituye el principal obstáculo para el sueño de ver desfilar por las aguas del patrimonial río a los deportistas en barcazas, aplaudidos por la extraordinaria cifra de 300 mil espectadores, aunque de momento el ministro del Interior, Gérald Darmanin, insiste en que no hay una amenaza directa creíble.
A principios de esta semana, el jefe de Estado evocó por primera vez la existencia de planes alternativos para la inauguración, la variante B limitándola a la plaza de Trocadero y la C trasladándola al Stade de France, en lo que sería una ceremonia clásica.
Macron también reiteró la promesa de que el Sena llegará a París-2024 en condición de “bañable”, propósito en el que se han invertido cientos de millones de euros.
Las alarmas sonaron el 8 de abril, cuando la organización no gubernamental Surfrider Fondation reveló que las muestras de agua tomadas en las inmediaciones de los puentes del Alma y Alexander III arrojaron la presencia de la peligrosa Escherichia coli y de otras bacterias.
Según la entidad, la contaminación está dos o tres veces por encima del nivel aceptado para la práctica sana por los atletas de la natación, en particular de las competencias de aguas abiertas, triatlón y paratriatlón.
Otra inquietud seria tiene que ver con el transporte público, en el que Macron admitió un gran reto, incluyendo en el asunto de su accesibilidad por personas discapacitadas.
No menos preocupante para el gobierno de Francia es la posibilidad de que en el contexto de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos el movimiento sindical anuncie huelgas y manifestaciones, con un preaviso de paro ya presentado en reclamo de mejoras salariales.
Los desafíos abundan a 100 días del encuentro estival bajo los cinco aros, pero las autoridades aseveran que el país cumplirá, mientras, el mundo mira atento y animado por el ambiente olímpico que poco a poco comienza a apoderarse del planeta.
Ayer nació en Olimpia, Grecia, la llama que iluminará los juegos de la Ciudad de la Luz, con un mensaje de esperanzas de paz y amistad que llegará a Marsella el 8 de mayo en el velero de tres mástiles Belem, para luego recorrer Francia hasta la jornada inaugural.