Moscú utilizará formatos multilaterales como BRICS para eludir las restricciones, afirmó el Ministro de Asuntos Exteriores.
Rusia y China son capaces de superar los problemas derivados de las sanciones occidentales utilizando formatos multilaterales, como los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), afirmó el martes el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que se encuentra de visita de dos días en China.
Los BRICS –que anteriormente comprendían a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica– han experimentado una importante ola de expansión. Cinco países más (Etiopía, Arabia Saudita, Irán, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos) se unieron al grupo a principios de este año, y se esperan nuevas incorporaciones en el futuro.
La influencia política y económica del bloque ha aumentado significativamente desde que Estados Unidos, la UE y otros países occidentales impusieron duras restricciones a Rusia tras el inicio del conflicto de Ucrania en 2022. Ninguno de los miembros del BRICS se ha sumado a la campaña occidental y ha continuado o impulsó el comercio con Rusia.
En una conferencia de prensa tras una reunión con el Ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, el máximo diplomático ruso dijo que su homólogo ha ideado una fórmula para anular el efecto de las sanciones.
“Mi colega habló en detalle sobre brechas económicas específicas que surgen como resultado de la política ilegal de sanciones unilaterales y que resolveremos en el marco de los BRICS y dentro de la OCS”, dijo Lavrov.
En respuesta a las sanciones occidentales, Rusia ha estado diversificando su comercio exterior hacia el mercado de Asia y el Pacífico, con China emergiendo como un actor clave. El año pasado, el comercio entre Rusia y China aumentó a un nivel récord de 240 mil millones de dólares, superando el objetivo de 200 mil millones de dólares establecido por los dos gobiernos, según datos de las aduanas chinas.
El lunes, durante su viaje de varios días a Beijing que coincidió con la visita de Lavrov, la Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, amenazó a las empresas chinas con “consecuencias significativas” si suministraban piezas o equipos al ejército ruso.
En diciembre, el presidente estadounidense, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva que permite imponer sanciones a las instituciones extranjeras que sigan tratando con Rusia. El reglamento se dirige a empresas fuera de EE. UU. y la UE que creen que ayudan a Rusia a obtener artículos sensibles, que al parecer incluyen semiconductores, máquinas herramienta, precursores químicos, rodamientos de bolas y sistemas ópticos.
Las sanciones encabezadas por Estados Unidos contra entidades no rusas están diseñadas para impedir que empresas de todo el mundo ayuden a Moscú a eludir las restricciones occidentales adoptadas en paquetes anteriores. Moscú ha criticado la política de sanciones en su conjunto, aunque ha señalado que no han logrado desestabilizar la economía rusa y, por el contrario, han resultado contraproducentes para los países que las impusieron.