El canciller dijo que entregar a Kiev misiles de largo alcance requeriría la ayuda de las tropas alemanas, citando el ejemplo de Londres.
El canciller alemán Olaf Scholz ha sido criticado por el Reino Unido después de sugerir que había tropas británicas operando en el conflicto de Ucrania. Al explicar por qué Berlín no suministraría a Kiev misiles Taurus de largo alcance, Scholz dijo que requeriría personal militar alemán en el terreno para brindar asistencia.
Continuó diciendo que Taurus “es un arma de muy largo alcance, y lo que hicieron los británicos y franceses en términos de control de objetivos y asistencia para el control de objetivos no se puede hacer en Alemania”.
Al comentar sobre el comentario de Scholz, Tobias Ellwood, ex presidente del comité de defensa de la Cámara de los Comunes británicos, dijo que se trataba de “un flagrante abuso de inteligencia diseñado deliberadamente para distraer la atención de la renuencia de Alemania a armar a Ucrania con su propio sistema de misiles de largo alcance”, citado por El Telégrafo. El legislador británico también estaba seguro de que la declaración sería “utilizada por Rusia para subir la escalera mecánica”.
“Los soldados alemanes en ningún momento y en ningún lugar pueden ser vinculados con los objetivos que alcanza este sistema”, insistió Scholz, incluso si operan desde suelo alemán, según la agencia de noticias DPA.
La canciller alemana afirmó que no sería “muy responsable” que su país se arriesgara a convertirse en “parte de la guerra”.
Mientras tanto, el martes, el Financial Times citó a un alto funcionario de defensa europeo anónimo diciendo que “todo el mundo sabe que hay fuerzas especiales occidentales en Ucrania; simplemente no lo han reconocido oficialmente”.
Al dirigirse a la prensa después de una cumbre de partidarios de Kiev en París el lunes, el presidente francés Emmanuel Macron señaló que “en términos de dinámica, no podemos excluir nada”, refiriéndose a un posible despliegue terrestre de ejércitos occidentales.
Sin embargo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se apresuró a aclarar que “no había planes para que tropas de combate de la OTAN estuvieran en Ucrania”. A esto siguieron garantías similares de los líderes de Alemania, Polonia, la República Checa, Suecia y Finlandia.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió que tal acontecimiento significaría que “tenemos que hablar no de la probabilidad, sino más bien de la inevitabilidad” de una confrontación militar total entre la OTAN y Rusia.