Protestas de agricultores en al menos 65 países durante los últimos 12 ó 15 meses reflejan el fracaso del bienestar y el progreso económico prometidos por la globalización neoliberal, razonó hoy el movimiento Vía Campesina.
En naciones de Europa, Asia, América Latina, la gente «está protestando contra un sistema que ha empobrecido a la mayoría, mientras ayuda a prosperar a unos pocos selectos».
Demandan mejores precios por sus productos, regulación del mercado, apoyo de precios y programas de gestión de suministros, indicó la red internacional que coordina a organizaciones de campesinos, pequeños y medianos productores, mujeres rurales, comunidades indígenas, trabajadores agrícolas emigrantes, jóvenes y jornaleros sin tierra.
Al decir de Vía Campesina, “si la riqueza se distribuyera de manera más equitativa, todas las personas podrían vivir con dignidad»; en cambio, opinó, las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) ayudan a acrecentar la riqueza y el poder de una pequeña oligarquía en el planeta.
El régimen de los acuerdos de libre comercio, negociados bilateralmente, regionalmente o a través de la OMC, también limita a los gobiernos, incluso a aquellos que están dispuestos, a implementar cualquier forma de apoyo de bienestar doméstico para su pueblo, juzgó la entidad.
Haciendo uso de las reglas en vigor, ejemplificó, los guardianes de la agricultura industrial en el Norte y el Sur global consideran que “el apoyo doméstico, la regulación del mercado y los programas de adquisiciones públicas distorsionan el comercio y limitan el acceso al mercado de las corporaciones agroindustriales”.
¿Qué reglas? ¿Reglas para quién? Esto ya no es un orden basado en reglas sino un orden basado en el poder, donde aquellos inmersos en el capital financiero deciden por el resto del mundo”, denunció Vía Campesina en el análisis publicado este lunes en su página web.
De acuerdo con el estudio, la globalización neoliberal a lo largo de las últimas tres décadas permitió la desregulación sistemática de sectores agrícolas a escala internacional y apuntaló un sistema alimentario industrial que generó ya una crisis sin precedentes en la historia de la humanidad.
En opinión de Vía Campesina, la expansión internacional del modelo económico neoliberal de agricultura condujo también en diferentes partes a las apropiaciones violentas de tierras, agua y territorios.
El triángulo formado por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OMC propició la pérdida de cuantiosos recursos mediante programas de ajuste estructural y acuerdos de libre comercio, expone la investigación.
Pese a la evidencia creciente, “estas instituciones permanecen ajenas al hecho de que los niveles de desigualdad y desempleo han alcanzado niveles alarmantes”.
El hambre y la desnutrición, estimó Vía Campesina, ahora se ven agravadas por conflictos internos y guerras dentro y entre países, nuevamente como “resultado de una lucha por los recursos cada vez más escasos del planeta”.