El secretario general de la ONU, António Guterres, consideró hoy la crisis en Gaza como su mayor frustración al insistir en su reclamo para el cese al fuego y mayor entrada de ayuda.
En rueda de prensa desde la sede de Naciones Unidas en Nueva York, el alto representante lamentó la extensión del conflicto a pesar de sus múltiples llamados para detenerlo y respetar el derecho internacional.
El titular de la ONU calificó la guerra en el enclave como una de las principales amenazas para la paz mundial mientras la situación de los civiles empora y las operaciones humanitarias enfrentan denegaciones de acceso, retrasos, impedimentos y múltiples peligros, incluido el fuego real.
Además de la muerte y la destrucción causadas por la ofensiva militar, el hambre y las enfermedades están azotando a los palestinos en Gaza, dijo al confirmar que apenas 10 de los 61 convoyes de ayuda previstos hacia el norte llegaron a su destino en enero.
Se necesitan alimentos y agua para civiles desesperados, se necesitan medicamentos y combustible para los hospitales y otros suministros vitales para una población en una situación terrible, añadió.
El máximo responsable de la ONU advirtió en particular sobre los informes que aseguran que el ejército israelí pretende centrarse a continuación en Rafah, donde permanece la mitad de la población de la Franja.
“Todo esto subraya la necesidad de respetar plenamente el derecho internacional humanitario, incluida la protección de los civiles y la garantía de que se satisfasgan sus necesidades esenciales”, recordó.
Somos claros al condenar los horribles ataques de Hamás pero también somos claros al condenar las violaciones del derecho internacional humanitario en Gaza, añadió.
El secretario general remarcó además su impulso para una agenda de paz, un anhelo que consideró el hilo común para los desafíos del mundo.
“La manera de restaurar la confianza es marcando una diferencia real y positiva en la vida de las personas, resolviendo los problemas de la gente”, consideró.
Entre otros obstáculos, el diplomático portugués mencionó la emergencia climática, los peligros que plantea la inteligencia artificial desenfrenada, la multiplicación de conflictos y las divisiones geopolíticas.
A su juicio, abordar estas prioridades requerirá una conversación seria entre los países desarrollados y en desarrollo; entre economías ricas y emergentes; entre el norte y el sur, el este y el oeste.
“Este es un año para centrarnos en el futuro, y celebraremos nuestra Cumbre del Futuro en septiembre. Este es un año para centrarnos en los desafíos de las personas también hoy”, concluyó.