La base aérea Starokostiantyniv, ubicada en el óblast de Khmelnytska, se ha convertido una vez más en el objetivo de ataques militares rusos, mientras que los aliados occidentales de Kiev informan del aplazamiento de las entregas de aviones de combate F-16.
El Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, destacó en el foro mundial de Davos la necesidad de reforzar las fuerzas aéreas del país.
En 2024, por supuesto, la prioridad es arrojar a Rusia del cielo. Porque quien controle los cielos definirá cuándo y cómo terminará la guerra.
Sus comentarios se produjeron en medio de expectativas de que un envío de aviones de combate F-16, que Kiev había estado solicitando desde el estallido de la guerra, llegaría a Ucrania a finales de este año. Kiev considera que estos cazas son la clave para lograr la superioridad aérea sobre Rusia.
Sin embargo, contrariamente a lo esperado, Dinamarca, que estaba dispuesta a entregar los cazas F-16, pospuso recientemente su entrega. Al mismo tiempo, Rusia anunció siete lanzamientos de un misil balístico intercontinental.
Según el Ministerio de Defensa danés, la entrega del primer lote de F-16, compuesto por seis aviones de combate, prevista inicialmente para principios de año, se ha pospuesto hasta el segundo trimestre. El ministerio citó la formación de los pilotos ucranianos y los problemas con el sistema logístico como las principales razones de los retrasos.