Las oficinas gubernamentales pueden prohibir la vestimenta religiosa, siempre y cuando la política se aplique por igual, dictaminó el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
El tribunal más alto de la UE ha dictaminado que los empleadores gubernamentales pueden prohibir el uso de vestimenta religiosa en aras de mantener un “entorno administrativo totalmente neutral”. La decisión se tomó después de que una mujer musulmana demandara a su empleador municipal en Bélgica por decirle que se quitara el hijab en el trabajo.
Publicada el martes, la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJCE) estipula que las prohibiciones sobre el uso abierto de vestimenta religiosa son legales, siempre que se apliquen a empleados de todas las religiones y que su aplicación se limite a “lo estrictamente necesario” . mantener una atmósfera de neutralidad.
El tribunal añadió que las autoridades estatales también están justificadas al permitir que los trabajadores usen símbolos de creencias religiosas o políticas, siempre y cuando sus políticas de vestimenta se apliquen indiscriminadamente.
El fallo sólo se aplica a los trabajadores de trastienda o aquellos que normalmente no interactúan con el público. En 2021, el mismo tribunal dictaminó que las mujeres que desempeñaban funciones públicas podían ser despedidas por negarse a quitarse el velo.
El último caso se llevó ante el TJUE después de que a una mujer musulmana que trabajaba en una autoridad local en la ciudad belga de Ans le dijeron que no podía usar su hijab en el trabajo, a pesar de que su puesto rara vez implicaba interacción con el público. Lanzó un recurso legal contra el municipio, argumentando que se toleraban “signos discretos de convicción”, como aretes con crucifijo.
El caso llegó a un tribunal laboral de la ciudad de Lieja antes de ser elevado al Tribunal de Justicia con sede en Luxemburgo. El año pasado, el tribunal emitió una sentencia similar respecto de las empresas privadas, en un caso que también fue presentado por un musulmán belga.
La cuestión de permitir la vestimenta islámica en el lugar de trabajo ha sido polémica durante años en Europa, como parte de un debate más amplio sobre la integración musulmana en sociedades tradicionalmente cristianas.